Dos años del incendio en RTVE que dejó sin servicio sus canales
Aquella mañana, hace ya algo más de 2 años,más de uno se quedó perplejo al ver que, por más que cambiara de canal, la tele no daba señales de vida. No era cosa de antenas ni de vecinos sintonizando mal; era algo mucho más serio. El incendio en las instalaciones de Torrespaña —el emblemático Pirulí madrileño— dejó a oscuras los canales de la TDT de Radiotelevisión Española. En aquellos días, cuando aún no se hablaba tanto de “comprar extintores” como ahora, bastó un descuido técnico o una chispa traviesa para poner en jaque el corazón de las emisiones públicas.
Incendio en RTVE
Las llamas se declararon a primera hora y, aunque los bomberos actuaron con rapidez, los daños causaron una interrupción generalizada en la señal de La 1, La 2, el Canal 24 Horas y varias emisoras de Radio Nacional. También la retransmisión por internet quedó afectada. En el Pirulí, donde un extintor CO2 debería ser tan habitual como un micro o un guion de informativo, aquel día todo falló. RTVE pidió disculpas y trató de recomponer la situación con lo que tenía: emisiones limitadas, señal extintor de emergencia y mucho trabajo contrarreloj.
Los espectadores, acostumbrados a su rutina mañanera de noticias, música o tertulias, se vieron huérfanos de contenido. En vez del Telediario Matinal, lo que apareció en pantalla fue una grabación reciclada del 24 Horas. En Radio Nacional, los habituales programas despertadores desaparecieron sin previo aviso. Las redes sociales se llenaron de mensajes incrédulos, teorías variopintas y alguna que otra broma amarga, porque en este país, si no funciona la tele pública, algo gordo está pasando.
Afortunadamente, no hubo daños personales. Solo fue un susto… de los que dejan huella en los manuales de crisis. A día de hoy, queda como recuerdo de lo importante que es tenerlo todo a punto: desde el cableado eléctrico hasta los sistemas de seguridad. Porque un incendio no avisa, y cuando lo hace, o tienes el equipo adecuado —empezando por los extintores— o el silencio se apodera de las ondas
