Brutal incendio en Sant Pere Molanta.
La seguridad contra incendios en polígonos industriales del Alt Penedès
El reciente incendio registrado en el polígono industrial de Sant Pere Molanta, situado en el término municipal de Olèrdola, ha puesto de nuevo en evidencia la vulnerabilidad de las zonas industriales frente a emergencias relacionadas con el fuego.
La comarca del Alt Penedès, caracterizada por su fuerte actividad logística y manufacturera, cuenta con infraestructuras que conectan rápidamente con las principales vías comarcales. Sin embargo, este suceso demuestra que, pese a los accesos ágiles para la llegada de los equipos de emergencia, la prevención sigue siendo la herramienta clave para reducir riesgos.
Contar con un extintor operativo
El siniestro afectó a un vehículo, pero los protocolos de actuación se activaron con rapidez para minimizar posibles daños estructurales o propagaciones hacia naves cercanas. Este tipo de respuesta inmediata es esencial en entornos donde la concentración de materiales, transporte y maquinaria incrementa la probabilidad de que un fuego aislado se convierta en un problema de gran magnitud. Es aquí donde contar con un extintor operativo y accesible puede marcar la diferencia entre un incidente controlado y una catástrofe.
A lo largo de los últimos meses, Olèrdola ya había experimentado episodios vinculados al fuego. En julio, un incendio forestal obligó a confinar de manera preventiva la zona del Pi de la Serreta, requiriendo la movilización de medios terrestres y aéreos. Este contexto evidencia la sensibilidad del territorio ante el fuego, especialmente durante periodos de altas temperaturas, lo que refuerza la necesidad de medidas preventivas tanto en entornos urbanos como industriales.
La obligatoriedad del extintor de incendio en espacios industriales
La normativa española establece de manera clara las obligaciones relacionadas con la instalación y mantenimiento de equipos de protección contra incendios. En este punto, disponer de un extintor de incendio en espacios como naves industriales, talleres mecánicos, zonas de almacenamiento y áreas de tránsito de vehículos no es una recomendación, sino una obligación.
Un polígono industrial, como el de Sant Pere Molanta, concentra no solo transporte y maquinaria, sino también productos que en muchos casos pueden ser inflamables o combustibles. Ante este tipo de escenarios, la ausencia de un extintor supondría no solo un incumplimiento legal, sino también un riesgo evidente para trabajadores, empresas y bienes materiales.
La intervención inicial en un fuego debe ser inmediata. Los minutos que transcurren entre el inicio del incidente y la llegada de los equipos de bomberos resultan decisivos. Un trabajador capacitado para utilizar un extintor puede sofocar las primeras llamas y evitar que el fuego se propague a mayor escala.
¿Dónde y cuándo es obligatorio tener un extintor?
La pregunta más recurrente en materia de prevención de incendios es: ¿dónde y cuándo es obligatorio tener un extintor? La respuesta, aunque depende del tipo de actividad, es clara en sus líneas generales. Toda edificación destinada a uso industrial, comercial o comunitario debe disponer de un número adecuado de extintores, debidamente señalizados y con acceso fácil para cualquier persona.
En el caso de instalaciones industriales, se requiere que cada planta o área cuente con extintores portátiles, situados en lugares visibles y próximos a las zonas de mayor riesgo. La normativa también establece que la distancia máxima a recorrer para acceder a un equipo no debe superar los 15 metros. Esto garantiza que, en caso de emergencia, siempre haya un extintor disponible a escasos segundos de distancia.
Por otra parte, la obligatoriedad no se limita a grandes superficies o naves de gran tamaño. También aplica a oficinas, garajes comunitarios, locales comerciales y hasta comunidades de vecinos. En todos estos casos, la instalación de extintores debe ir acompañada de un plan de revisión periódica para comprobar su buen estado, su presión interna y la caducidad de sus componentes.
Protocolos de actuación y cultura preventiva en Olèrdola
El incendio ocurrido en Sant Pere Molanta demuestra cómo los protocolos de actuación se despliegan con contundencia incluso cuando el incidente afecta únicamente a un vehículo. Esta firmeza en la respuesta se debe a que, en un entorno industrial, cualquier chispa puede derivar en un problema mayor si no se actúa con rapidez.
La cultura preventiva es un elemento esencial en comarcas como el Alt Penedès, donde conviven sectores logísticos, manufactureros y agrícolas. La experiencia reciente con el incendio forestal del Pi de la Serreta refuerza la idea de que la población y las autoridades locales han desarrollado una conciencia clara respecto al riesgo. Sin embargo, la prevención no puede depender únicamente de la intervención de bomberos y cuerpos de seguridad. Empresas, trabajadores y ciudadanos deben asumir la responsabilidad de mantener equipos básicos como extintores en perfecto estado de funcionamiento.
La importancia del mantenimiento de los extintores
Disponer de un extintor es un primer paso, pero no suficiente si no se acompaña de un plan de mantenimiento riguroso. La normativa exige revisiones periódicas realizadas por empresas homologadas que garanticen la operatividad de los equipos. Estas revisiones incluyen la comprobación de la presión, el estado de la manguera, la boquilla, el precinto y la fecha de caducidad.
Un extintor caducado o descargado equivale prácticamente a no tener ninguno. En un entorno como el de Sant Pere Molanta, con actividad logística intensa y vehículos en constante movimiento, la fiabilidad de los equipos de extinción es esencial. Además, en caso de inspecciones de seguridad laboral o de prevención, la ausencia de un plan de mantenimiento puede conllevar sanciones económicas significativas.
Formación y concienciación en el uso de extintores
La instalación de extintores debe ir acompañada de programas de formación para trabajadores y usuarios de los espacios industriales. Saber cómo actuar en los primeros minutos de un incendio es determinante para contener la situación. El entrenamiento incluye no solo la manipulación del extintor, sino también la capacidad de reconocer qué tipo de fuego se está enfrentando y cuál es el agente extintor más adecuado para sofocarlo.
En polígonos industriales como el de Olèrdola, esta formación debería ser recurrente y formar parte de la cultura corporativa. Así, cada trabajador se convierte en un agente activo de prevención, capaz de reaccionar con rapidez y de forma segura en situaciones de riesgo.