Un motor puede arder sin aviso: la advertencia que todos debemos oír

Un motor puede arder sin aviso: la advertencia que todos debemos oír

Un motor puede arder sin aviso: la advertencia que todos debemos oír.

Nada ficción, todo realidad: al volante el peligro acecha

Mientras conducimos, asumimos que el coche es seguro. Sin embargo, un conector flojo, una manguera agrietada o una fuga mínima pueden generar un incendio en segundos. Lo dice con firmeza el mecánico Juan José, quien ha visto cómo vehículos cotidianos se transforman en antorchas rodantes por negligencias invisibles.

Riesgos ocultos bajo el capó

Un vehículo puede parecer impecable por fuera y estar al borde del desastre por dentro. Cables pelados, depósitos con trazas de combustible y conexiones oxidadas constituyen un escenario perfecto para un incendio. No son fantasías: muchos coches ya llevan desgastes peligrosos antes de lo que imaginamos.

La exposición al calor del motor acelera la degradación. Los materiales plásticos se funden, los líquidos se expanden, y una chispa basta para desencadenar una secuencia que nadie controla. ¿Estamos preparados?

La prevención se traduce en acción: venta de extintores

En el momento crítico, no basta con apagar el motor. Hace falta algo inmediato. Por eso insistimos: la venta de extintores no es solo para industrias o comunidades. Debería ser una rutina en talleres, gasolineras y concesionarios. Cada coche sin extintor es un coche mal protegido frente a la amenaza real del fuego.

La adopción de esta medida es más económica que lamentar una pérdida total por fuego. Es una inversión mínima con retorno máximo en seguridad.

Solución práctica y efectiva: extintor portátil

Aquí aparece el elemento más olvidado: el extintor portátil. Ligero, compacto y efectivo. Cabe bajo el asiento o en el maletero. Apenas pesa, pero puede detener un fuego en su origen. Quien no lleva uno, en realidad no está preparado.

Hace falta voluntad. Nadie lo exige, nadie lo recuerda. Y sin embargo, puede salvar el coche. Puede salvar vidas. Es ese pequeño equipo que muchos ignoran hasta que el humo aparece.

¿Dónde y cuándo es obligatorio tener un extintor?

Aunque en coches particulares no siempre sea legalmente obligatorio, existe regulación clara para flotas, autobuses, transporte de mercancías y vehículos industriales. Esas normas marcan dónde y cuándo es obligatorio tener un extintor homologado y visible. En esos casos, el extintor debe estar accesible, correctamente instalado y revisado.

Incluso si no estamos en uno de esos supuestos legales, llevar uno voluntariamente es una responsabilidad que supera cualquier obligación normativa.

Activar la prevención antes que el fuego crezca

Hay que revisar más que el aceite y la presión de los neumáticos. Hay que inspeccionar mangueras, fusibles, conectores y todo punto propenso a generar calentamiento. Cada revisión preventiva reduce altos riesgos de combustión.

Si detectamos desgaste, repararlo enseguida. Si vemos humos, no esperar. Y si algo arde, actuar con determinación. Tener un equipo adecuado marca la diferencia entre un susto y una tragedia.

Formación y conciencia: fundamentos de autoprotección vial

No basta con tener el extintor. Hay que saber usarlo. Saber cuándo actuar antes de que el fuego se propague. Esa formación debería estar incluida en autoescuelas y programas de sensibilización vial. Pero no lo está.

La educación del conductor debe incluir la preparación frente al fuego. Saber qué hacer, cómo evacuar y cuándo extinguir. Evitar pánico. Controlar la emergencia.

Una advertencia que no admite excusas

Los incendios no esperan permisos. No preguntan precio. Y no perdonan descuidos. Aparecen, crecen y destruyen en minutos. El vehículo que vemos pasar puede ser una bomba de relojería desconocida por su propio dueño.

No es exageración. Es una realidad constatada por expertos como Juan José. Muchas situaciones podían haberse evitado con revisión y equipamiento mínimo adecuado. Y aún estamos a tiempo de cambiar esa realidad.

Prevención inmediata para evitar tragedias futuras

Nuestra propuesta es clara. Llevar un extintor portátil, revisarlo periódicamente y actuar con rapidez ante anomalías. Informar, formar, prevenir. Esa es la llave para evitar incendios que podrían reducir a cenizas vehículos enteros.

Adoptar esa cultura no implica grandes esfuerzos. Solo decisión. Solo previsión. Solo convertir lo esencial en rutina.