Fuego en Playa Blanca: el desayuno se interrumpe por un incendio en la cocina del Nature Palace

Fuego en Playa Blanca: el desayuno se interrumpe por un incendio en la cocina del Nature Palace

La tranquilidad del viernes se rompe entre humo, sirenas y una intervención de manual

Amanecía en Playa Blanca con ese sol desvergonzado que no avisa y con los turistas aún en bata bajando a desayunar. Parecía una jornada como tantas en el sur de Lanzarote. Pero la rutina no perdona el descuido, y en cuestión de minutos la cocina del Hotel Nature Palace, en el municipio de Yaiza, se convirtió en el epicentro de una intervención urgente, precisa y eficaz. Lo que empezó siendo un pequeño incidente culinario derivó en un incendio que puso en alerta a todo el complejo hotelero.

Los Bomberos del Consorcio de Seguridad y Emergencias de Lanzarote no tardaron en reaccionar. Saltó la alarma, sonaron los avisos en el Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (CECOES), y en cuestión de minutos, el dispositivo de respuesta estaba en marcha. A la carrera, pero sin titubeos. A la llegada, les esperaba el fuego agazapado entre freidoras industriales, extractores de humo y cables retorcidos.

Cuando la cocina se convierte en campo de batalla

La escena era digna de una película mal dirigida: humo denso, olor a grasa quemada, empleados nerviosos y turistas que no sabían si hacer fotos o correr. Pero ahí estaban ellos, los de siempre: la Policía Local delimitando accesos, la Guardia Civil controlando movimientos, y una ambulancia del Servicio de Urgencias de Canarias lista para cualquier contratiempo.

Los bomberos entraron sin poesía. Sabían lo que tenían que hacer. El fuego había comenzado en una zona de cocinado y ya se expandía por los conductos del sistema de ventilación. Y justo en ese instante —cuando el calor ya no era un problema, sino una amenaza—, apareció uno de los elementos clave de la jornada: el extintor de espuma.

Este tipo de extintores no se utiliza por capricho. Se selecciona por eficacia. Especialmente útil en incendios de líquidos inflamables, su espuma recubre el combustible y corta el oxígeno, sofocando la combustión sin generar cortocircuitos ni reacciones peligrosas. Allí, en ese infierno improvisado, se convirtió en el protagonista silencioso.

Extintores de espuma: los grandes olvidados que salvan cocinas

En el desarrollo de la intervención, los bomberos recurrieron a varios equipos, pero fueron los extintores de espuma los que jugaron el papel más decisivo. Cuando el fuego se adentra en zonas con aceites, grasas acumuladas y materiales plásticos, el uso de agua no solo es inútil, sino contraproducente. La espuma, en cambio, se extiende, enfría y crea una capa que aísla el combustible.

La acción fue rápida, certera y sin margen de error. Una parte del techo ya comenzaba a ennegrecerse por el calor, y los extractores, convertidos en auténticas chimeneas de humo tóxico, amenazaban con propagar el incendio por otros niveles del hotel. Pero el control fue absoluto.

Obligatorio tener extintor

¿Dónde y cuándo es obligatorio tener un extintor? Pues, en España, la normativa es clara. Todos los establecimientos públicos y privados deben contar con sistemas de extinción adaptados a su actividad. En hoteles, restaurantes, cocinas industriales y cualquier recinto que maneje materiales inflamables, es obligatorio tener extintores instalados cada 15 metros, al menos uno por planta y visibles desde cualquier punto.

Además, estos equipos deben pasar revisiones periódicas, como marca el Reglamento de Instalaciones de Protección Contra Incendios (RIPCI). Los extintores no son simples accesorios rojos colgados por estética; son herramientas de salvamento. Y no basta con tenerlos. Hay que saber usarlos. Hay que formar al personal. Hay que mantenerlos en condiciones óptimas.

Un extintor de espuma mal presurizado o fuera de revisión es tan útil como una linterna sin pilas. Y ahí es donde entra la responsabilidad de las direcciones de los hoteles, de los gerentes de cocina, de los jefes de mantenimiento.

Una respuesta ejemplar, una lección sin heridos

Gracias a la coordinación entre servicios, a la pericia de los bomberos y a los medios técnicos adecuados, no hubo que lamentar daños personales. La evacuación parcial del hotel fue controlada, ordenada, sin caos ni carreras. Los turistas, aunque desconcertados, siguieron instrucciones. El personal del hotel colaboró con los operativos de emergencia. Y el fuego fue sofocado en cuestión de minutos.

La cocina, eso sí, quedó para reconstrucción. Pero el hotel no cerró. Continuó su actividad, con alguna zona acordonada y con la satisfacción interna —aunque no se diga en voz alta— de haber evitado una tragedia.

Un recordatorio que huele a humo y responsabilidad

En lugares donde se cocina para cientos de personas, donde el aceite hierve a diario, y donde una chispa puede hacer arder hasta las cortinas, no puede haber margen para la improvisación. El suceso del Nature Palace no fue solo un incendio; fue una llamada de atención. Un recordatorio. Una alerta que se apagó, sí, pero que debe resonar en todos los hoteles del país.

Porque el fuego no perdona. Y los extintores de espuma, bien colocados y en condiciones, son los únicos que pueden plantarle cara con dignidad.

Hoy, en Playa Blanca, el sol volvió a salir. El desayuno se sirvió. El humo se disipó. Pero la enseñanza queda: la seguridad no es un trámite, es una prioridad.