Un coche arde en Logroño y lo que no ardió, fue nuestra irresponsabilidad.
Otra vez el fuego avisa, otra vez miramos para otro lado
Logroño, lunes 7 de julio, 12:45 horas. En pleno barrio de Los Lirios, ese que presume de tranquilidad y urbanismo ordenado, la rutina se vio interrumpida por una columna de humo que se elevaba con descaro. En la calle Agoncillo, una conductora al volante de un Renault Scenic blanco detectó que algo no iba bien. Venía por la avenida de Zaragoza dirección Varea y, al percibir el humo, reaccionó con rapidez: giró, paró el coche en doble fila y pidió ayuda.
Los minutos siguientes fueron un manual involuntario de lo que no se debe hacer… y de lo que se debería haber hecho antes. Las llamas se apoderaron del coche como si hubieran estado esperando la mínima oportunidad. Afortunadamente, los Bomberos de Logroño actuaron con la eficacia acostumbrada y lograron extinguir el fuego pasadas las 13:00 horas. Pero el coche quedó hecho cenizas. Y la pregunta quedó flotando en el aire, como el humo: ¿podría haberse evitado?
La prevención no tiene excusas: hay que actuar antes, no después
Los incendios de vehículos no son escenas de película. Son más comunes de lo que quisiéramos y ocurren con una frecuencia que asusta. El fuego no avisa. El fuego actúa. Y si tú no estás preparado, él no va a esperarte.
Un coche no arde solo por mala suerte. Arde porque algo falla y porque no tenemos medios ni costumbre de estar listos. El caso del Scenic en Agoncillo es solo uno más, pero esta vez lo vimos todos. Lo grabaron los móviles, lo difundieron los medios y lo comentaron los vecinos. Y todos, en voz baja, nos preguntamos lo mismo: ¿y si me pasa a mí?
¿La respuesta más lógica? comprar un extintor. Así, sin adornos. Porque ese gesto pequeño, casi ridículo por su simplicidad, marca la diferencia entre un susto y una pérdida total.
El extintor: el aliado silencioso que todos necesitamos
Cuando hablamos de prevención en vehículos, uno de los elementos más ignorados —y paradójicamente más útiles— es el extintor polvo abc 6 kg. Este tipo de extintor no es solo una opción inteligente, es la elección que salva. ¿Por qué? Porque combate fuegos de tipo A (sólidos), B (líquidos) y C (gaseosos), es compacto, fácil de usar y está diseñado para contener un incendio en sus primeros instantes.
Pero claro, no lo llevamos. Preferimos confiar en la suerte, en el motor, en que “nunca me ha pasado nada”. Hasta que pasa. Hasta que las llamas suben por el capó y los vecinos gritan que se aparten. Y entonces, cuando el coche ya está envuelto en fuego, ya es tarde para todo lo que no hicimos.
Llevar un extintor polvo abc 6 kg no es opcional si te importa tu vida, tu familia o incluso tu inversión. Es tan obligatorio como revisar los frenos o el aceite. Pero aquí seguimos, sin aprender.
Dónde y cuándo es obligatorio tener un extintor: mucho más de lo que se cree
Y sí, hay normas claras sobre dónde y cuándo es obligatorio tener un extintor, aunque muchos lo ignoren. En España, la legislación obliga a llevar extintor en:
- Vehículos de transporte escolar o de mercancías peligrosas.
- Establecimientos comerciales.
- Comunidades de propietarios con garajes o instalaciones técnicas.
- Edificios de oficinas, industrias y almacenes.
Pero más allá de lo que dicta el BOE, hay algo que dicta el sentido común: cualquier espacio cerrado, con riesgo eléctrico, mecánico o humano, debería tener un extintor operativo. Porque el fuego no distingue entre lo que está regulado y lo que no.
El Renault de Logroño no tenía obligación legal de llevar uno. Pero si lo hubiera tenido, estaríamos hablando de una anécdota, no de un siniestro.
Una reacción ejemplar, pero sin herramientas suficientes
La conductora actuó con rapidez, eso hay que decirlo. Vio el humo, paró el coche, pidió ayuda. Su reacción evitó probablemente males mayores. Pero ni su reflejo ni la llegada veloz de los bomberos pueden hacer magia sin una preparación mínima.
Si en ese coche o en los alrededores alguien hubiera tenido un extintor a mano, quizá el fuego no habría pasado del susto inicial. Y es que, en incendios incipientes, lo que se haga en los primeros 60 segundos lo cambia todo.
El fuego fue contenido, sí. Pero el coche se perdió. Y esa pérdida fue evitable.
La responsabilidad es de todos: bomberos sí, pero también ciudadanos
No podemos esperar que todo lo solucionen los profesionales. Porque aunque los bomberos lleguen rápido, aunque actúen con precisión, el tiempo siempre juega a favor del fuego. Y los primeros minutos —o segundos— son decisivos.
Por eso, insistimos: comprar un extintor no es una medida exagerada, es una obligación moral. Porque en este país llevamos triángulos reflectantes, chaleco de emergencia, rueda de repuesto… ¿y no un extintor? La lógica se nos ha perdido por el camino.
El Scenic que ardió en la calle Agoncillo nos recuerda que la prevención no es un lujo, es una necesidad urgente.
El fuego no pregunta, actúa. Tú deberías hacer lo mismo
Lo ocurrido en Logroño no fue un suceso aislado. Fue otra llamada de atención que ignoraremos hasta que nos toque a nosotros. La conductora hizo lo que pudo. Los bomberos también. Pero el coche ya está para desguace.
¿Y tú? ¿Vas a esperar a que el humo salga por tu capó para tomar decisiones?
Comprar un extintor hoy es evitar una tragedia mañana. Así de claro. Así de necesario.
