El corazón de Valparaíso late con dolor tras la tragedia que consumió el hogar de María Guadalupe y su familia. En la madrugada del martes, las llamas devoraron su casa, dejándolos solo con la ropa que llevaban puesta. Sus cuatro hijos, entre lágrimas, vieron cómo sus recuerdos se convertían en cenizas. Ahora, claman al cielo—y a la solidaridad—para volver a empezar.
El barrio que vio arder sus esperanzas
El fuego arrasó la vivienda en el barrio El Resbalón, cerca de la salida a Huejuquilla, donde vivían desde hace años. Los vecinos, conmocionados, intentaron ayudar, pero el incendio fue implacable. Las causas aún se desconocen, pero la falta de un extintor en la zona habría agravado la tragedia. La familia, ahora, duerme en un albergue, rodeada de incertidumbre.
Un llamado desesperado
María Guadalupe acudió al SMDIF en busca de ropa y comida para sus hijos. «Perdimos hasta los útiles escolares», susurra. Su esposo, cuyo camión de volteo se averió recientemente, trabaja en lo que puede. La comunidad se mobiliza, pero necesitan más: colchones, medicinas, hasta un extintor CO2 para prevenir futuras desgracias. La solidaridad es su único consuelo.
