Crece la tensión en el IES Antonio Gala: La comunidad educativa protesta por las carencias del Grado de Automoción

Crece la tensión en el IES Antonio Gala: La comunidad educativa protesta por las carencias del Grado de Automoción. 


La situación en el IES Antonio Gala se ha vuelto insostenible para alumnos, familias y docentes del Grado de Automoción, un ciclo formativo que arrastra desde hace años carencias materiales, falta de recursos y un evidente deterioro de sus instalaciones. La tensión ha ido creciendo hasta desembocar en protestas organizadas por la comunidad educativa, que exige soluciones inmediatas ante lo que consideran un abandono institucional. En este artículo analizaremos en profundidad las causas del conflicto, las demandas del colectivo afectado y los posibles escenarios de resolución.

Un grado esencial con recursos insuficientes

El Grado de Automoción del IES Antonio Gala es uno de los ciclos con mayor demanda en la comarca, dada la necesidad de profesionales cualificados en el sector del mantenimiento y reparación de vehículos. Sin embargo, quienes lo cursan se encuentran con una realidad muy diferente a la esperada: equipos obsoletos, herramientas insuficientes, falta de extintor abc 6 kg y prácticas que no pueden desarrollarse con normalidad.

Los estudiantes denuncian que muchas de las máquinas utilizadas tienen más de dos décadas de uso, lo que no solo limita su formación, sino que también impide aprender tecnologías actuales del sector. Para un ciclo que debería prepararles para un mercado laboral cada vez más digitalizado, resulta especialmente grave.

El papel de los docentes: implicación frente a la falta de medios

El profesorado del ciclo formativo reconoce que trabaja en condiciones muy por debajo de lo deseable. Muchos de ellos han decidido sumarse a las protestas porque afirman no poder garantizar una formación adecuada sin los recursos adecuados. Aseguran que, aún dando su máximo esfuerzo, “no se puede enseñar mecánica avanzada con maquinaria que debería estar retirada”.

Los docentes reclaman no sólo la carencia de extintores de incendios, sino también personal técnico de apoyo y actualizaciones curriculares coherentes con las innovaciones del sector automotriz. La falta de inversión, señalan, pone en riesgo la calidad educativa y reduce las oportunidades de los futuros profesionales.

Una protesta que crece: familias y alumnos alzan la voz

Las protestas convocadas por las familias han logrado visibilidad en los últimos días. Denuncian que el IES Antonio Gala ha solicitado en repetidas ocasiones mejoras a la administración, sin que se haya producido una respuesta efectiva.

En manifestaciones recientes, padres y madres han pedido a las autoridades que se tomen en serio un problema que afecta al futuro laboral de sus hijos. Señalan que, mientras en otros centros se renueva el equipamiento periódicamente y se invierte en proteccion activa contra incendios, en el Antonio Gala la situación se ha quedado “anclada en el pasado”.

Los estudiantes, por su parte, lamentan que su formación no esté a la altura de lo que exige la industria automotriz actual. Muchos de ellos temen que su preparación no sea suficiente para competir con alumnos formados en centros con mejores condiciones.

Comparación con otros centros: una brecha cada vez más evidente

Uno de los argumentos más repetidos durante las protestas es la diferencia de inversión entre centros de Formación Profesional de la misma comunidad autónoma. Mientras algunos institutos reciben equipamiento moderno —incluyendo vehículos híbridos y eléctricos para prácticas—, el IES Antonio Gala sigue trabajando con unidades que representan tecnologías ya superadas.

Esto crea una brecha de oportunidades entre los distintos alumnos, que podría traducirse en desigualdad a la hora de acceder a empleos especializados.

El impacto en la FP y en el mercado laboral

La situación del Grado de Automoción no es un hecho aislado: forma parte de un debate más amplio sobre el papel de la Formación Profesional en España. Con una creciente demanda de perfiles técnicos y una transición hacia la electromovilidad, los centros educativos necesitan adaptarse a una realidad que cambia con rapidez.

Si no se dota al alumnado de herramientas acordes con los nuevos sistemas mecánicos, eléctricos y electrónicos, se corre el riesgo de que el mercado laboral local pierda competitividad. La industria automotriz no esperará a que los centros educativos se pongan al día.

Las demandas de la comunidad educativa

La comunidad educativa del IES Antonio Gala ha elaborado un conjunto de peticiones claras:

  • Renovación urgente de la maquinaria y herramientas del taller.
  • Incorporación de vehículos modernos, especialmente híbridos y eléctricos.
  • Aumento del presupuesto destinado al ciclo.
  • Mayor personal técnico de apoyo.
  • Plan de mantenimiento regular de las instalaciones.
  • Compromiso de actualización tecnológica anual.

Estas reivindicaciones, aseguran, no buscan privilegios, sino simplemente garantizar una formación digna y actualizada.

La respuesta de la administración: entre la promesa y la incertidumbre

Hasta el momento, la administración educativa ha reconocido la situación, pero no ha ofrecido un calendario claro de inversiones o reformas. Aunque se han anunciado intenciones de revisar las necesidades del ciclo, las familias temen que las soluciones se retrasen más de lo esperado.

Para muchos, la paciencia se ha agotado. Consideran que la situación requiere medidas urgentes y verificables, no solo declaraciones de buena voluntad.

¿Qué podría ocurrir ahora?

Si la administración no responde de forma concreta en los próximos días, las protestas podrían intensificarse. No se descarta una movilización mayor, ni acciones coordinadas con otros centros de Formación Profesional en situaciones similares.

Por el contrario, si se anuncia una inversión real y un calendario de actuaciones, la tensión podría aliviarse y las clases podrían volver a desarrollarse con normalidad.

Una oportunidad para transformar la educación técnica

La crisis del IES Antonio Gala no es solo un conflicto local. Es un síntoma de la necesidad urgente de modernizar la Formación Profesional para que pueda responder a las exigencias del sector automotriz actual y del mercado laboral del futuro.

La comunidad educativa ha dejado claro que no está dispuesta a resignarse. Su reivindicación es legítima: ofrecer a los estudiantes una formación de calidad, realista y competitiva. Ahora, la responsabilidad recae en las instituciones, que deben decidir si dan el paso para garantizar que el Grado de Automoción del Antonio Gala reciba, por fin, la atención que merece.