Estudiante de física muestra cómo hacer un extintor con dos ingredientes caseros: ¿un experimento o un riesgo?
En la era de la información instantánea y las redes sociales, no es raro que surjan trucos y métodos caseros para todo tipo de situaciones, desde reparaciones domésticas hasta técnicas de emergencia. Recientemente, una estudiante de física ha compartido un vídeo donde explica cómo fabricar un extintor utilizando solo dos ingredientes comunes en la cocina. La explicación parece sencilla y, de hecho, el principio químico que utiliza es básico: la mezcla de bicarbonato de sodio y vinagre genera dióxido de carbono, un gas que desplaza el oxígeno y puede apagar llamas pequeñas.
Sin embargo, antes de lanzarnos a imitar esta práctica, es esencial subrayar la importancia de contar siempre con extintores homologados y certificados por profesionales. Los riesgos de emplear métodos caseros pueden ser mucho mayores de lo que parecen y, en muchos casos, una solución inadecuada puede agravar la situación o provocar incidentes inesperados.
¿Cómo funciona el extintor casero de bicarbonato y vinagre?
La propuesta de la estudiante se basa en un fenómeno químico conocido: al mezclar bicarbonato sódico con un ácido como el vinagre (ácido acético), se produce una reacción que libera dióxido de carbono (CO2). Este gas, al ser más pesado que el aire, se asienta sobre la llama y desplaza el oxígeno, lo que provoca la extinción inmediata de la misma.
El proceso, explicado paso a paso, es simple: se añade bicarbonato en un recipiente, luego se incorpora vinagre, y se aproxima la mezcla a la fuente de fuego, como una vela encendida. Según la estudiante, la llama se apaga en cuestión de segundos.
Limitaciones y riesgos de los extintores caseros
Aunque pueda parecer un truco útil para pequeñas velas o fuegos muy reducidos, este método tiene importantes limitaciones que no deben pasarse por alto. En primer lugar, el volumen de CO2 generado es muy limitado y no garantiza la extinción segura de incendios domésticos o en espacios abiertos.
Además, el control del proceso es difícil, y el uso inadecuado puede provocar salpicaduras, quemaduras o que el fuego se propague si la reacción química no es la esperada. Por eso, no podemos dejar de insistir en que los extintores caseros no sustituyen a los extintores CO2 homologados, especialmente diseñados y probados para actuar con eficacia en distintos tipos de fuego.
La importancia de los extintores certificados y las ignifugaciones
En España y en toda la Unión Europea, los extintores deben cumplir una rigurosa normativa que garantiza su funcionamiento seguro y efectivo. Los dispositivos homologados están sometidos a pruebas de calidad, resistencia y capacidad de extinción que un montaje casero no puede asegurar.
Además, en los últimos años ha cobrado especial relevancia el concepto de certificado de ignifugación, indispensable en muchos espacios públicos, industriales y comerciales. La ignifugación consiste en tratamientos específicos para materiales que reducen la inflamabilidad y la velocidad de propagación del fuego, complementando así la función de los extintores y aumentando la seguridad general.
Estos procedimientos profesionales son clave para prevenir incendios y minimizar daños, y nunca deben ser sustituidos por soluciones improvisadas.
¿Por qué no jugar a ser creadores o dioses con extintores caseros?
La tentación de hacer un extintor casero puede surgir por curiosidad o por intentar ahorrar costes, pero la realidad es que en materia de seguridad contra incendios no se puede improvisar. El riesgo no solo reside en que el extintor no funcione, sino en que una mala maniobra o una falsa sensación de seguridad lleve a una situación incontrolable.
Los incendios domésticos y laborales requieren un enfoque profesional, y eso implica disponer de extintores homologados, bien mantenidos, y un plan de emergencia que contemple la evacuación y la actuación rápida de servicios especializados.
¿Qué hacer ante un incendio doméstico?
En caso de incendio, lo primero es mantener la calma y evaluar si el fuego es pequeño y controlable. Si es así, usar el extintor adecuado según el tipo de fuego es fundamental. Recordemos que existen extintores específicos para fuegos eléctricos, grasas o líquidos inflamables, y el extintor CO2 es uno de los más recomendados para ciertos tipos de fuego, por su capacidad para sofocar sin dejar residuos.
Si el fuego crece o la situación se complica, lo correcto es evacuar y llamar inmediatamente a los servicios de emergencia. Intentar apagar un incendio sin el equipo adecuado puede poner en peligro la vida propia y la de terceros.
Seguridad ante todo
La enseñanza de esta estudiante de física es un ejercicio interesante para entender principios químicos básicos, pero desde un punto de vista práctico y de seguridad, no debe ser tomado como una alternativa válida a los extintores profesionales y certificados. La seguridad contra incendios es un campo en el que la rigurosidad, la certificación y la homologación son imprescindibles para proteger vidas y bienes.
Por ello, animamos a todos a equiparse con extintores de calidad, mantenerlos revisados periódicamente y a informarse sobre la ignifugación y las normativas vigentes que garantizan la máxima protección.
