La falta de equipamientos en los polígonos industriales andaluces afecta al 90% de ellos

La falta de equipamientos en los polígonos industriales andaluces afecta al 90% de ellos

La falta de equipamientos en los polígonos industriales andaluces afecta al 90% de ellos

En Andalucía, los polígonos industriales han sido durante décadas el motor silencioso que sostiene el tejido económico de la comunidad autónoma. Albergan a miles de empresas y autónomos, generan empleo para el 22% de los trabajadores andaluces y sostienen la actividad económica más allá de los núcleos urbanos principales. Sin embargo, la realidad que hoy enfrentan es alarmante: el 90% de ellos carece de equipamientos e infraestructuras esenciales que permitan su correcto funcionamiento y, sobre todo, la seguridad de quienes trabajan en estas instalaciones.

La obsolescencia de estas zonas industriales no es una cuestión menor. La falta de planificación y de inversión durante las últimas décadas ha dejado a muchos polígonos sin servicios básicos, comunicaciones adecuadas y, lo que es más crítico, sin sistemas de protección contra incendios modernos y eficaces. Este déficit no solo compromete la productividad empresarial, sino que también pone en riesgo la integridad de trabajadores y bienes. Hoy más que nunca, resulta imprescindible apostar por la protección activa contra incendios, como extintores, rociadores automáticos y sistemas de detección, así como por la protección pasiva contra incendios, que incluye ignifugaciones, compartimentación y barreras cortafuego.

En este contexto, la necesidad de ignifugar nave se ha convertido en un imperativo estratégico para las empresas que quieren garantizar la seguridad de sus instalaciones y cumplir con la normativa vigente. La protección pasiva permite retrasar la propagación del fuego, minimizando daños y facilitando la evacuación segura en caso de emergencia. Ignorar esta inversión es exponerse a pérdidas económicas significativas y a sanciones legales que pueden comprometer la continuidad del negocio.

El impacto económico de los polígonos industriales en Andalucía

Según los datos del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), los 2.379 polígonos industriales andaluces distribuidos en más de 540 municipios albergan a más de 46.500 empresas y a aproximadamente diez mil autónomos. Esto representa el 16% del tejido empresarial de la región y el 22% del empleo. Más allá de su peso económico, estas zonas industriales son esenciales para mantener población en áreas fuera de las capitales y grandes ciudades, funcionando como motores de desarrollo local.

Sin embargo, esta relevancia económica no se traduce en modernización ni en equipamientos adecuados. La falta de infraestructura básica como redes contra incendios, depuradoras de agua, suministro de gas o centros de servicios empresariales es evidente. Tan solo el 40% cuenta con servicios adicionales mínimos, mientras que el 90% carece de equipamientos fundamentales, un hecho que pone en riesgo tanto a empresas como a trabajadores.

Las ignifugaciones Sevilla se presenta como una solución clave en este escenario, asegurando que las estructuras y los materiales utilizados en naves industriales resistan el fuego y cumplan con las exigencias de seguridad. Además, la implementación de estas medidas aumenta la confianza de inversores y facilita la atracción de nuevos proyectos industriales.

El papel de la normativa y la modernización de los espacios industriales

Consciente de esta problemática, el consejero de Industria y Energía, Jorge Paradela, ha impulsado la Ley de Espacios Productivos para el Fomento de la Industria en Andalucía (LEPA). Esta normativa busca modernizar los polígonos industriales, reducir trabas administrativas y facilitar la implantación de nuevos proyectos, estableciendo categorías según la infraestructura y el nivel de especialización tecnológica y sostenible.

LEPA introduce los conceptos de “espacio industrial protegido” y “proyectos tractores de la industria”, diseñados para generar un efecto de arrastre económico y social. La ley establece tres niveles de clasificación para los polígonos: básico, avanzado y avanzado excelente, añadiendo etiquetas de especialización tecnológica y sostenibilidad como inteligente, sostenible o Eco-green. Este enfoque no solo permite planificar el crecimiento industrial, sino también garantizar que la protección pasiva contra incendios se integre desde la base en cada proyecto.

Protección activa y pasiva: un binomio indispensable

La seguridad en los polígonos industriales no puede depender únicamente de la tecnología activa, como extintores automáticos o sistemas de detección de humo. La protección pasiva es igualmente crítica: ignifugación de estructuras, compartimentación de espacios, puertas cortafuego y sistemas de evacuación que retrasen la propagación del fuego. Solo un enfoque integral permite minimizar riesgos, proteger vidas y preservar el capital empresarial.

La implementación de estos sistemas también tiene un impacto directo en la competitividad de los polígonos. Empresas situadas en zonas con elevados estándares de seguridad pueden ofrecer confianza a clientes, empleados e inversores, asegurando la continuidad operativa incluso ante emergencias. Por ello, no se trata solo de una obligación legal, sino de una estrategia inteligente de negocio.

El desafío de la obsolescencia y la falta de equipamientos

Gran parte de los polígonos industriales andaluces se encuentran en un estado de abandono relativo, muchas veces debido a la expansión de desarrollos residenciales cercanos que han limitado su capacidad de crecimiento y modernización. La ausencia de servicios básicos, como señalización adecuada, redes de telecomunicaciones, suministro de agua y gas, y sistemas de protección contra incendios, pone en evidencia la necesidad de una intervención inmediata.

Además, la falta de equipamientos afecta directamente a la productividad y a la seguridad de los trabajadores. Los accidentes laborales y los incendios pueden tener consecuencias devastadoras, no solo para las empresas afectadas, sino también para el entorno urbano y la economía local. Por ello, la modernización y el equipamiento de estos polígonos deben ser una prioridad estratégica para la comunidad autónoma.

Inversión en seguridad: un paso hacia la sostenibilidad y el crecimiento

El futuro de los polígonos industriales andaluces depende de la inversión inteligente en infraestructuras y seguridad. La integración de protección activa y pasiva contra incendios es una medida que, más allá de cumplir con la legislación, asegura la resiliencia de las empresas y la continuidad de la actividad económica. Ignifugar naves, instalar sistemas de detección y contar con planes de emergencia bien estructurados son pasos imprescindibles para transformar estos espacios en zonas industriales modernas, seguras y sostenibles.

La Ley LEPA proporciona un marco normativo que permite a los polígonos industriales recibir incentivos, agilizar trámites administrativos y atraer proyectos que fortalezcan la economía local. La combinación de normativa adecuada, inversión en protección contra incendios y modernización tecnológica puede revertir la situación actual, donde el 90% de los polígonos carece de equipamientos esenciales, asegurando que estas áreas industriales continúen siendo motores económicos de Andalucía.

La falta de equipamientos en los polígonos industriales andaluces no es un simple inconveniente, sino un riesgo para la economía, la seguridad laboral y el desarrollo territorial. Es imprescindible que tanto las administraciones como las empresas adopten medidas urgentes que incluyan la modernización de infraestructuras, la implementación de sistemas de protección activa y pasiva contra incendios y la integración de tecnologías que garanticen un entorno seguro y competitivo. La combinación de legislación, inversión y planificación estratégica es la clave para que estos espacios industriales sigan siendo el corazón económico de Andalucía.