La escuela taller de Castrillón aprende a desenvolverse ante el peligro de incendio

La escuela taller de Castrillón aprende a desenvolverse ante el peligro de incendio

La escuela taller de Castrillón aprende a desenvolverse ante el peligro de incendio.

En Piedras Blancas, el compromiso con la seguridad laboral y la preparación de jóvenes trabajadores ha dado un paso importante gracias a la Escuela Taller de Castrillón, que impulsa una innovadora formación orientada a la prevención y actuación ante emergencias de fuego. Ocho alumnos del curso de Limpieza de Espacios Abiertos e Instalaciones Industriales participaron en una jornada intensiva de práctica real frente a llamas, organizada con la colaboración de los bomberos del aeropuerto y la empresa Vitaly.

El objetivo de esta actividad no fue otro que ofrecer a los estudiantes la oportunidad de enfrentarse a situaciones de riesgo controlado, con el fin de adquirir competencias útiles para su futuro laboral y, sobre todo, garantizar que dominen el manejo de equipos básicos de protección. La actividad se desarrolló en una unidad móvil de incendios, que recreó desde fugas de gas hasta simulaciones de llamas activas que debían ser extinguidas.

La importancia del uso de extintores en la formación práctica

Uno de los puntos clave de la jornada fue el aprendizaje en el uso de extintores, herramientas fundamentales en cualquier escenario donde el fuego pueda poner en riesgo la integridad de las personas y las instalaciones. Bajo la supervisión de bomberos experimentados, los alumnos pudieron descubrir en primera persona que el manejo de estos dispositivos no siempre es tan sencillo como parece.

La sensación de calor y la radiación emitida por el fuego se convirtieron en una experiencia reveladora. Según destacaron los instructores, muchos trabajadores conocen teóricamente qué hacer en caso de incendio, pero no se enfrentan nunca a la realidad de estar frente a un fuego real. Este contacto directo fortalece la confianza y prepara a los jóvenes para reaccionar con mayor rapidez y seguridad en caso de emergencia.

Extintor ABC: herramienta indispensable en la prevención de riesgos

Durante la sesión se profundizó en el funcionamiento de diferentes tipos de dispositivos, destacando especialmente el extintor ABC, uno de los más versátiles en la lucha contra el fuego. Este modelo es capaz de sofocar incendios originados en sólidos combustibles como madera o papel (clase A), líquidos inflamables como gasolina o aceites (clase B), y gases (clase C).

La enseñanza de su uso no solo capacita a los alumnos para actuar en entornos industriales, sino también en situaciones cotidianas, donde contar con un extintor ABC puede marcar la diferencia entre un susto y una tragedia. En el simulador móvil, cada participante tuvo la oportunidad de manipular el equipo, comprender la presión, la técnica de descarga y la distancia adecuada para atacar las llamas.

Altura señal extintor y normativas básicas de seguridad

Otro aspecto fundamental que se explicó durante la actividad fue la correcta ubicación de los equipos de extinción en los espacios de trabajo. Los bomberos insistieron en que la normativa establece criterios específicos, como la altura señal extintor, que debe situarse de forma visible y accesible para todos los trabajadores.

La señalización en la altura correcta asegura que, en caso de pánico o falta de luz, el personal pueda localizar rápidamente el dispositivo. De este modo, se reduce el tiempo de reacción y se optimiza la capacidad de respuesta. Esta información, aunque sencilla, resulta crítica en sectores donde el riesgo de incendios es constante, como en la limpieza industrial y el mantenimiento de áreas abiertas.

El valor de la experiencia directa para los alumnos

Más allá de la técnica, lo que más impactó a los alumnos fue el contacto real con las llamas. Eduardo Gaitica, de 23 años, relató que por primera vez sostuvo un extintor frente a un fuego vivo y que la experiencia fue «súper interesante». El calor, la presión del momento y la necesidad de aplicar lo aprendido en segundos se convierten en aprendizajes que difícilmente se olvidan.

La Escuela Taller de Castrillón, dirigida a jóvenes desempleados de entre 16 y 30 años, busca no solo ofrecer formación técnica, sino también dotar a los participantes de vivencias prácticas que aumenten su confianza. Según el director, Pablo Fernández, y el monitor Marino Gómez, este tipo de talleres son “fundamentales” porque preparan a los estudiantes para desempeñar con seguridad trabajos que implican riesgos, como el uso de desbrozadoras en limpieza viaria.

Una oportunidad para crecer profesional y personalmente

El programa de la Escuela Taller se ha consolidado como una alternativa de inserción laboral muy valorada. Durante los tres primeros meses, los alumnos recibieron una beca y posteriormente pasaron a estar contratados por el Ayuntamiento, percibiendo el 75% del Salario Mínimo Interprofesional. Además, cada práctica en campo refuerza su perfil profesional y les otorga competencias en seguridad que muchas empresas consideran imprescindibles.

Marino Gómez subrayó la motivación de estos jóvenes, que pese a no haber tenido siempre un camino educativo fácil, muestran interés, esfuerzo y disciplina. La jornada de prevención de incendios es solo una muestra de cómo el programa logra no solo formar técnicos en limpieza, sino también ciudadanos más conscientes y preparados ante riesgos reales.

Prevención de incendios: una responsabilidad compartida

El mensaje final que quedó claro en esta experiencia es que la prevención de incendios no es un conocimiento exclusivo de bomberos o especialistas, sino una responsabilidad de todos. En cualquier empresa, oficina, escuela o instalación pública, el personal debe saber dónde están los extintores, cómo se utilizan, cuál es la señalización adecuada y cómo actuar en los primeros minutos de un fuego.

Capacitar a los jóvenes en este ámbito significa formar una generación que valora la seguridad, entiende la importancia de los protocolos y puede convertirse en el primer eslabón de defensa en caso de emergencia. La experiencia vivida en Castrillón constituye un modelo replicable en otros municipios, donde la formación práctica puede salvar vidas.

Seguridad que transforma el futuro

La jornada de la Escuela Taller de Castrillón no solo fue un ejercicio práctico, sino una lección de vida. Aprender a manejar un extintor, conocer la utilidad del extintor ABC, comprender la normativa sobre la altura señal extintor y enfrentarse al calor real de las llamas permitió a estos jóvenes descubrir la trascendencia de estar preparados.

Este tipo de iniciativas refuerzan la confianza de quienes participan, les otorgan habilidades prácticas altamente valoradas por el mercado laboral y contribuyen a que las comunidades sean más seguras. Formar en seguridad es formar en responsabilidad, y Castrillón se ha convertido en ejemplo de cómo una correcta preparación puede transformar riesgos en oportunidades de aprendizaje.