Una triste tragedia sacudió este martes el corazón de San Fernando, en la calle Matrona Ana Mariscal. Un incendio en cocina de San Fernando estalló sin aviso, llenando de humo y desesperación el hogar de una familia. Una persona, víctima del fuego traicionero, fue llevada al hospital, su respiración ahogada por el humo que lo envolvió. La cocina, testigo del caos, quedó marcada por las llamas.
El Humo que Robó el Aliento
Los bomberos del Consorcio de Cádiz llegaron con prisa, pero el daño ya estaba hecho. La campana extractora, origen del desastre, había convertido el lugar en un infierno. Muebles carbonizados, techos ennegrecidos… y ese olor a pérdida que flota en el aire. La víctima, aún inconsciente del peligro, inhaló el veneno invisible que dejó el fuego.
El Extintor que Contuvo la Ira del Fuego
Antes de que llegaran los bomberos, alguien intentó frenar la tragedia. Un extintor fue la única defensa contra las llamas, un acto de valentía en medio del pánico. Pero el humo ya había hecho su trabajo, llevándose consigo la tranquilidad. Los bomberos, al llegar, solo pudieron ventilar, desconectar lo quemado y mirar con tristeza lo que el fuego les dejó.
Cuatro Héroes y Dos Máquinas contra el Destino
Cuatro hombres, dos vehículos, una batalla perdida antes de empezar. La autobomba ligera y la pesada llegaron a las 11:40, pero el fuego ya había sido domado. Solo quedaba el olor a ceniza y el recuerdo de lo que pudo ser peor. San Fernando llora hoy, no por lo que se quemó, sino por lo que pudo perderse.
