Una madrugada devorada por el fuego
La tranquilidad de Laguna de Duero, un pintoresco pueblo de Valladolid, se quebró en la madrugada del Sábado Santo. Alrededor de las 4:50 horas, incendio en la Cafetería Kapitolio, ubicada en la Plaza de la Iglesia, desatando el caos. Vecinos despertaron por el crepitar del fuego y alertaron al 112. Aunque el local estaba cerrado, el incendio movilizó a bomberos y policías, quienes lucharon contra un enemigo implacable: el tiempo.
Vecinos en vilo: El momento en que el humo cubrió la plaza
Testigos relataron cómo el humo espeso envolvió la plaza mientras las llamas trepaban por las paredes del establecimiento. “Pensé que era un sueño, hasta que el olor a quemado lo hizo real”, compartió un residente. Las calles se llenaron de sirena: bomberos de la Diputación de Valladolid y agentes locales trabajaron en coordinación para evacuar zonas aledañas y evitar que el fuego saltara a otros edificios históricos.
La batalla contra las llamas: Equipos de emergencia en acción
Los bomberos ingresaron al local con equipos especializados y extintores, enfrentando una cocina completamente consumida por el fuego. Aunque las llamas se controlaron en una hora, el escenario era desolador: paredes ennegrecidas, electrodomésticos derretidos y restos de mobiliario reducidos a ceniza. Pese a la rápida intervención, la falta de un sistema antiincendios actualizado complicó las labores, según fuentes cercanas al operativo.
Secuelas de una madrugada trágica: Pérdidas y preguntas sin respuesta
El local, referente social del pueblo, quedó irreconocible. Los dueños, devastados, calculan pérdidas millonarias. “Era nuestro sustento”, lamentaron. Aunque no hubo heridos, la comunidad clama respuestas: ¿Falló el extintor de la cocina? ¿Se pudo evitar? Mientras las autoridades investigan, el olor a tragedia persiste entre los adoquines de la plaza, recordando lo frágil que es la calma ante el rugir del fuego.
