Semana Santa en Vélez-Málaga: entre incienso, GPS y extintores
Amanece en Vélez-Málaga con ese olor tan nuestro a cera, azahar y promesa cumplida. Se acerca la Semana Santa, y este año —atentos, que viene curva— los tronos no solo llevan a Cristo y a la Virgen, sino también GPS, un extintor co2 y desfibriladores. ¿Quién lo iba a decir, eh? La fe no cambia, pero los tiempos sí, y como dice el refrán: “A Dios rogando y con el desfibrilador actuando”.
El alcalde, Jesús Lupiáñez, ha puesto sobre la mesa un dispositivo de seguridad digno de una operación militar. Del 12 al 20 de abril, las calles veleñas se convertirán en un cruce de devoción y logística. Todo el engranaje está en marcha: Policía Local, Nacional, Guardia Civil, Protección Civil, Cruz Roja, Bomberos… y si me apuran, hasta el Espíritu Santo supervisando desde el palco celestial.
Cada trono llevará su dispositivo GPS, por si alguien pierde el rumbo entre saeta y saeta. “¿Dónde va el Cautivo?” Pues mira el móvil y lo sabrás. Control total. Y por supuesto, después de aquel amargo susto en 2023 —cuando la Virgen del Rocío vivió un viacrucis inesperado con fuego incluido—, todos los pasos llevarán extintores. No vaya a ser que entre candelas y fervor, el incienso se desmadre más de la cuenta.
Y como si fuera poco, cada trono irá cardioprotegido. Con su desfibrilador, como quien lleva la medalla de su cofradía. Porque aquí el corazón se acelera con una marcha de cornetas o con una esquina mal tomada, y más vale prevenir. Las cofradías, además, han recibido formación para usar los aparatos. El capataz da la orden y, si hace falta, también hace una reanimación.
¿Y los niños? Pulseritas con código QR y teléfono de contacto. Porque perderse en una bulla es más fácil que encontrar sitio en primera fila. Todo pensado para que esta Semana Santa se viva con pasión, sí, pero también con cabeza.
En definitiva, Vélez-Málaga se ha blindado con incienso, tecnología y sentido común. Porque la fe mueve montañas… pero si viene con GPS y un extintor bajo el brazo, mejor que mejor.
Así está la cosa. Semana Santa 2.0: la devoción no se toca, pero la seguridad se refuerza. Y que suene el himno de Andalucía, que ya huele a Viernes Santo.
